Martha Black

¿Y si con veinticuatro años te das cuenta de que estás hecha con pedazos de otras personas? Puede que la vida no te haya dejado ser tú misma, o, tal vez, que ser una misma implique aceptar un dolor insoportable. Vicky no encuentra su camino. Aritz se ha confundido con el suyo. Una vida rota en Madrid. Un viaje a Ámsterdam que lo cambiará todo. Y un trabajo en Razo que romperá los esquemas de ambos. Porque, si quieres encontrar tu norte, necesitas algo más que una brújula. Necesitas perderte para encontrarte. Subirte a una tabla y coger las olas. Las de tu corazón.

La novela está narrada a dos voces, con capítulos alternos según el punto de vista de sus dos protagonistas.
Por un lado tenemos a Vicky, una persona que, ante una irreparable perdida, ve cómo su vida pierde el sentido que hasta ahora le había dado y necesita huir para encontrar su camino, por lo que, después de un revelador viaje a Amsterdam con su mejor amiga Nieves, que cambia su forma de ver el mundo, aprovecha la oportunidad que se le presenta para trabajar en Galicia en el Surf Camp, una escuela de surf y realizar un cambio de aires.
«Las cosas forzadas nunca funcionan. Las cosas forzadas explotan y revientan. Como un globo al que le sobra aire.»
Por otro lado tenemos a Aritz, un padre cuya felicidad esta al lado de su hija Eli, una niña con una gran personalidad, y de lo que más le gusta: el mundo del surf, además de ser un obsesionado de la vida sana y la alimentación saludable. Sin embargo, tras esa vida que intenta construir, se esconden carencias que no muestra a cualquiera.
«Pero mire mis cartas y con ellas iba a perder. Decidí esperar para ganar la partida.»
Además de su labor como administrativa en Surf Camp, Vicky deberá ayudar a Aritz a cuidar a Eli, surgiendo una bonita conexión entre ambas que le da un toque muy especial a la lectura; relación que servirá para desmantelar todos los prejuicios que Aritz tiene sobre Vicky.
Gracias a la espontaneidad y visión ingenua e inocente de Eli sobre los demás, ambos se verán obligados a enfrentarse a sus diversas caras. Es una historia preciosa en la que sus protagonistas tienen múltiples capas y emociones que poco a poco se van desvelando.
«No sabía nada sobre ella más que lo básico. Y quería saberlo todo. Por curiosidad.»
En lo que parece una historia sencilla podemos encontrar grandes reflexiones. La relación entre Vicky y Aritz pasa por diferentes altibajos y desencuentros, que nos enseñan como debemos encauzar nuestro camino, y descubrir como somos y que queremos realmente antes de poder encajar con alguien.
«Me olvidé de quien había sido y me centré en ser lo que quería ser. Quería ser yo. Sin trozos de nadie.»
En conclusión, un libro con el que disfrutar y enamorarse este verano surcando las olas junto a sus protagonistas, pero que también te permite pensar sobre tu misión en la vida.