
Los veranos en la campiña italiana son algo inolvidable, sobre todo si los compartes con alguien especial. Pero la vida siempre reclama su hueco y el tiempo acaba por enredarlo todo. O no. Quizá el tiempo acaba siendo necesario. Quizá la vida tiene un plan para todos nosotros. Quizá, aquello que apenas empezó a tomar forma, resurge con el viento, como unas ascuas que permanecieron candentes a través de los años.
Tres vértices de una misma figura y la ciudad de Edimburgo como principal testigo.
Decir adiós nunca fue fácil.
Sanar las heridas es una ardua tarea.
Aceptar nuestra verdad es lo más valiente que haremos nunca.

Esta es una historia de las que te dejan con resaca literaria y te cuesta desprenderte de ellas.
La autora ha creado a tres personajes maravillosos, con formas de ser y de ver la vida muy diferentes. En ocasiones te cabrean, otras te desesperan y en otras los entiendes tanto que te duele su realidad.
Es una reseña muy difícil de hacer, y no sólo por no creerme capaz de expresar con palabras los sentimientos que te produce su lectura, sino porque es una novela a la que te tienes que adentrar a ciegas, sin saber nada, y dejarte llevar.
De hecho, en sus primeros capítulos no entendía nada. Te pierde bastante el no saber quién habla y te cuesta situarte. Sin embargo, se crea la suficiente curiosidad como para seguir leyendo y adentrarte por fin en la historia.
De todas formas, e intentando no desvelar mucho, quiero hacer alguna pequeña pincelada de sus personajes principales:
Nicole:
Es una persona muy organizada, con toda su vida planeada y con un firme propósito: ser el ancla y la salvación de su pareja, Larson. Arrastra cargas muy pesadas que ella misma se ha auto impuesto. Le gusta tener el control y asume obligaciones que no le corresponden.
Ella me contestó que no podemos dejar de ayudar a los demás solo porque a nosotros nos duela.
Larson:
Es la representación de la cobardía y la comodidad. Un suceso dramático en su vida le hizo dejar de luchar por nada y simplemente se deja manejar por los demás, viendo la vida pasar. Es muy hermético y basa su felicidad en la sencillez y en alejarse de las complicaciones. Nicole le pone muy fácil esta tarea, ya que ella piensa y planea sus vidas por los dos.
Es fácil hablar de monstruos cuando no son los tuyos.
El «personaje»:
El personaje, del que ni el nombre quiero revelar, es aquel que altera toda esta historia de principio a fin para darle sentido, y es el que recomiendo descubrir a través de sus páginas.
Está claro quién es el oxígeno en esta historia y solo espero que nadie acabe quemándose. Pero el fuego es peligroso, impredecible y llevaba demasiado tiempo doblegado.
Una lectura para disfrutar y emocionarse con ella y es que, encontrar tu lugar en el mundo no te puede dejar indiferente.